Aquí inicia el cantar de mi expansión,
mi sumisión a los poderes, al control de la poesía copulando con la astrofísica,
incorpóreo, flotando en estado espectral,
levito en vapores de épica y ocultismo.
Con ojos de sombra y entero de cuero,
estreno mi mantra sagrado de poeta perpetuamente joven:
recito para la etérea, recia y siempre refinada monarquía real andina.
Vuelve el Tahuantinsuyu,
y con el la llegada de un Inca jacobino y animal,
el bardo titiritero e histrión:
el gran juglar espiritista
Esta es mi santa empresa,
mi senda desde la cima de los Andes
hacia lo más azulado del cielo fusionándose con el Caribe que se haya visto.
Aun físicamente sin constitución pero como imagen espectral gelatinosa
me hago auriga feroz del átomo seminal,
amigovio del clítoris ardiente del Edén,
aeronauta de teatros sobrenaturales:
para tomar forma evacúo mi quásar níveo en la levedad púbica del vergel,
América preñada,
madre indivisa,
“hasta la manija”
Retando la formación condensada de los hoplitas del magnetismo,
Y hociqueando el barro del siempre kármico y humano fangal
Concibo entes permanentes,
domador del puma cuántico
haré rodeo sobre el chúcaro imán de las dimensiones
desgastaré las leyes de la ciencia conocida
Y no me importa que digan:
“fue Humahuaca la bienaventurada la que dio paso al chaski de Tiahuanaco”
Porque, el combustible a la transmigración soy yo,
una entidad hecha uno con el simiente Inca atado al gineceo de la América del Sur,
Necesario por ser arma entonces vicio,
se revela este canto,
flujo salvaje, sacro fecundador del semen del chamanismo en la vagina de la energía
una luminiscencia que se hace cochero genial,
indio bardo
indio bardo
"el quee viene a reinar" tanto en la selva, el Caribe dejando el necesario estribillo
Una comparsa eléctrica cita entre el hiper-espacio y sus pretorianos brutales:
los filamentos que vibran…
Este es el génesis del mundo nuevo
El fin de la tridimensionalidad y la física conocida,
uniendo este mundo y los otros paralelos,
neutrónicamente empujando,
la vuelta del Inca hecha religión de la poesía,
una rapsodia que se cierne sobre el mundo:
onda sónica desde el telar gravitacional adonde se unen
las almas, el fulgor y las llamas benditas:
Entre cerros y quebradas,
el mineral, la tierra y el pleamar de la vida,
Los átomos oscilan al son y se reúnen atados todos por la embrionaria épica del monje, indio brujo y granadero héroe místicista
METEPSICOSIS, GRADO 1:
El 1er motor se deterioró “por caridad” a si mismo
De su omnipresente costado
Caprichoso en el vicio de ser doblado por el tiempo
Mutila el carburante de todo lo que habrá: la voluntad,
La que solo puede ser sujetada, corregida,
por un domador de elementos, jinete salvaje:
poeta monárquico y fetichista
ese que monta el caballo sin materia que se hace con todo:
Haciendo a la gravedad circunsisa
El príncipe procreado por las moléculas fantasmales de otros Incas
augusto en su aristocracia pre natal
sabe desde siempre que copulada su madre por lo microcósmico sagrado
que sería el titiritero de esta realidad y las otras
aunando las almas y el poder para torcer la química
Todo para hacer del Tahuantinsuyu su destino eterno
ser una realidad global infinita…
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